Daniel Claros
Madrid, Spain

No tengo nada de especial. Amor por mi trabajo, las finanzas y los mercados. Pasión por el deporte, el triatlón. Y encantado de expresar mis pensamientos y mis inquietudes en un blog diferente, donde se mezclan dos mundos aparentemente distintos, pero que guardan historias comunes de superación, organización, motivación y ganas de pasarlo bien... Tomen asiento y disfruten.

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    Deporte y Salud

    SERTRI 2015. Ahora sí tocaba disfrutar del triatlón.

    By on 1 octubre, 2015

    Acabo de descubrir que hacer un triatlón es como salir de fiesta, muchas veces cuando menos ganas tienes es cuando mejor te lo pasas. Y eso es lo que me ha pasado en el SERTRI 2015 organizado en la Casa de Campo, el que ha sido el último triatlón de la temporada.

    Venía de un mes de agosto bastante intenso, comilonas, alguna que otra fiesta, mucho viaje y poco entrenamiento. Me las apañé para salir a correr algún día que otro, y hacerme alguna sesión de spinning aislada, pero poca natación.

    Por tanto, me presentaba a mi segundo triatlón con más de mes y medio de inactividad acuática… Vamos a ser sinceros, después de la experiencia del anterior triatlón, con el agobio que pasé en el agua, estaba algo “acojonado”…

    Aun así, cuando mi inseparable compañero de fatigas y amigo Jorge me dijo de apuntarnos, dije que sí. Quería intentar quitarme el mal sabor de boca del Sköda Triatlón que disputamos en junio, en la misma Casa de Campo, y que fue mi debut en este apasionante mundo, pero en el que no salí muy contento ni con los tiempos ni con las sensaciones…

    Por tanto, esta era una nueva oportunidad de mejorar las marcas, y sobre todo, de probar mi nueva bicicleta de carretera. Era mi primer triatlón con bicicleta de carretera, ya que en el anterior lo hice con MTB, y creerme cuando os digo que la mejoría en los tiempos ha sido consecuencia casi exclusiva de este cambio…

    La prueba comenzaba a las 11.30, por lo que el madrugón no fue tan exagerado como en el Sköda Triatlón. Aun así, decidimos ir con tiempo suficiente para evitar imprevistos de última hora, y poder calentar. Porque sí, esta vez quería calentar antes de lanzarme al agua. Quería notar mi cuerpo y mis músculos activos, y mi respiración activa y conectada con el esfuerzo que iba a realizar minutos más tarde.

    Dejamos todo el equipo preparado en la zona de transición. Bicicleta, casco, gafas, zapatillas, algún gel…, y directos al lago.

    En la anterior prueba estaba tan nervioso que ni me percaté de la música que ponen antes de lanzarte al agua, pero, como bien dice El Canto del Loco, la música son estados de ánimos, y nada mejor que una buena música motivadora para disparar la adrenalina…

    Bocina y al agua. Agua más fresquita que en junio, pero, contra todo pronóstico, mucho más agradable. Las sensaciones no tenían nada que ver con el anterior triatlón. Respiración controlada, buena brazada, y llegada a la primera boya en perfectas condiciones (en junio ya había tenido dos “crisis” en los primeros 300 metros).

    Sólo en los últimos 100 metros acusé la falta de entrenamiento, pero nada que un buen nado a braza no pueda solucionar…

    Salida del agua, y a por la bicicleta. Transición rápida y sin complicaciones, y a poner en marcha los dos pistones que tenemos en forma de piernas.

    Lo bueno de repetir carrera en el mismo escenario es que ya te conoces el circuito, y sabes donde puedes apretar y donde no.

    Las tres vueltas al Cerro Garabitas no tuvieron nada que ver con la anterior prueba que disputé. Fui de menos a más, ya que en la primera vuelta fue una toma de contacto con la bicicleta y el escenario.

    Me sigue fascinando la importancia que tiene una mente positiva en una carrera. Si en junio iba bastante “hundido” al ver que no adelantaba a nadie en el segmento de bicicleta, sensaciones completamente diferentes he sentido en esta última prueba. Aun manejando tiempos muy modestos, pude disfrutar de lo que se siente al adelantar a otros participantes que ves que van bastante más lentos que tú. (Sí, suena egoísta, pero es la adrenalina del deporte lo que te empuja).

    Finalmente, cumplí las tres vueltas del circuito 7 minutos más rápido que en el Sköda Triatlón Series, muy contento por el comportamiento de mi nueva bici, y con garantías de cara a la parte de carrera.

    Nueva transición, zapatillas ajustadas, trago de agua, y a por los 5 Km.

    Sin duda, la carrera es el segmento en el que mejores tiempos realizo. Debe ser que el llevar corriendo muchos años se nota, pero es cierto que es dónde más a gusto me encuentro, y donde mejores parciales realizo.

    Dos vueltas al circuito, con un ritmo de carrera de 4,33 min/km, y llegada a meta, comprobando cómo había conseguido bajar en 9 minutos mi tiempo respecto a la prueba en la que debuté en este apasionante deporte que cada día me tiene más enganchado.

    sertri

    Así pues, mi segundo triatlón y 9 minutos más rápido que el anterior. Siempre digo que hay que ponerse objetivos, y los resultados irán llegando por sí solos.

    Próximo objetivo, buscar un club de triatlón que permita mantener y mejorar los entrenamientos de cara a la próxima temporada… y quién sabe, igual probamos  nuevas distancias… J

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