Uncategorized
Un año más, gracias.
Este año he escrito poco. Mucho menos de lo que me hubiera gustado. Los que tenemos un blog sabemos lo difícil que es sacar ideas con cierta regularidad, y no es sólo cuestión de tiempo.
Siempre me digo que voy a escribir más, que tengo que escribir más, pero nunca lo consigo. No es que me conforme con lo que tengo, porque mi mente nunca descansa, y siempre tengo ese yugo que me obliga a seguir mejorando, a seguir creciendo. Porque, ¿a qué hemos venido si no a este mundo? Si no es a vivir, a aprender, a crecer…
El ritmo de la vida es alto, y la cabeza a veces no da para más, pero hay que seguir disfrutando, aprovechando esos pocos ratos de inspiración que de vez en cuando vienen, y escribir, y dar las gracias.
Siempre que cierro un año, me gusta hacer bagaje. Así lo he hecho durante los últimos años, y así seguiré haciéndolo durante muchos más. Espero.
Y es que, este 2022 ha sido otro año intenso, difícil. No voy a repasar todos los motivos que tenemos para quejarnos, para bajar los brazos, porque son muchos.
Sin embargo, estoy seguro de que tod@s tenemos cosas buenas por las que dar las gracias. Debemos dar las gracias, siempre.
Puedes dar las gracias por esa nueva promoción, por ese viaje o por esa experiencia vivida. Puedes dar las gracias por haber aprendido algo nuevo, por ese reto deportivo logrado, por ese libro que tanto te ha costado escribir.
Gracias por esa persona especial que has conocido, por haber sido capaz de dar el paso de descolgarte de otra, o simplemente gracias por seguir con los de siempre. No importa, siempre y cuando consigamos reducir esa mochila que llevamos y que a veces es tan pesada que no nos deja avanzar.
Puedes dar las gracias por seguir adelante, a pesar de creer que tienes todo cuesta arriba. Seguramente estarás un poco más cerca. No tienes por qué saber hacia dónde vas exactamente, pero ten por seguro que estás un poco más cerca. Es la tendencia innata del ser humano a la evolución, al avance.
Puedes dar las gracias por haber traído una nueva vida al mundo, o por ser capaz de recordar otra vida que se ha ido de una manera más cálida, aunque cueste mucho. Debes dar las gracias por haber sido capaz de interiorizar todo el aprendizaje y experiencias transmitidas, y siendo consciente de que, un año más, hemos crecido, hemos evolucionado.
Porque de eso se trata, de evolucionar, de seguir adelante, aprendiendo, con humildad.
Y creo que, ahora que dejamos pasar otro año (vamos ya por el 2022), debemos ser capaces de seguir mirando hacia delante. Sólo hay un futuro, el que uno quiera crear. Y para eso es fundamental saber de dónde venimos, qué hemos conseguido, y qué nos queda por conseguir.
Como decía al principio de este post, a pesar de no haber conseguido materializar el compromiso de escribir con mucha más regularidad en mi blog, este año ha sido un año de éxito, de récord de visitas.
23.000 lectores durante este año 2022. 23.000 gracias.
Aunque tampoco soy de hacerme trampas al solitario. Estas visitas se las debo, sobre todo, a dos publicaciones hechas durante este año:
Trabajar en una Big Four. Mi experiencia. (Click aquí)
Prácticamente la mitad de las visitas de este año se han debido a esta entrada. Jamás hubiera imaginado que podría hacerse tan “viral”, aunque no me termine de convencer este concepto.
Simplemente por compartir unas cifras con vosotr@s, principales actores de esta película, deciros que en Linkedin la entrada tuvo 105.645 impresiones, y 451 Me Gustas.
Igual para algunos no son cifras muy significativas. Para mí, simplemente fue algo mágico.
Gracias, de corazón.
Ironman de Vitoria, sueño cumplido. (Click aquí)
Mi otra gran entrada. La crónica de un sueño cumplido. Un sueño que viví tan intensamente, que será una sensación irrepetible. Y lo pude compartir con los míos, amigos, familia…
Sin duda, el mejor homenaje que podía hacer a mi padre, que desde algún lugar mágico estuvo acompañándome ese día para que todo saliera perfecto, y pudiera disfrutar de uno de los días más intensos de mi vida.
Gracias, una vez más, a tod@s los que estuvisteis acompañándome ese día. Y gracias a ti una vez más, papá.
Por supuesto, también tendría que destacar alguna entrada más que, año tras año, siguen funcionando bien:
Protocolo empresarial y etiqueta. 10 consejos para no fallar. (Click aquí)
Evolución de los logos, historia de una empresa. Primera parte. (Click aquí)
Pérdidas y ganancias. Cómo analizar los resultados de una empresa. (Click aquí)
Y seguiremos escribiendo y publicando. Con mayor o menor regularidad, pero sería de necios dejar de hacer lo que a uno le gusta, ¿verdad? A veces olvidamos lo que nos hace disfrutar…
Con relación al blog, si tuviera que sacar una conclusión de este 2022, debería decir que este año lo personal ha ganado a lo meramente informativo.
Y es que, estoy convencido de que este 2023 será un año donde el foco seguirá poniéndose en las personas. Necesitamos humanizar nuestros puestos de trabajo, nuestras aficiones, y, en general, nuestra relación con las personas, aunque suene redundante.
Por un 2023 aún más humano, donde nos dejemos llevar por aquellas pasiones que amamos, por aquellos retos que deseamos conseguir. Por seguir cumpliendo sueños, aunque sea muy poco a poco, pasito a pasito…