Deporte y Salud
Crónica de mi primera San Silvestre Vallecana.
Lo que en un primer momento resultó ser una pequeña decepción (no me gusta usar la palabra fracaso), resultó convertirse en todo un éxito. Y es que, mi debut en mi primera San Silvestre Vallecana, me iba a mostrar que el éxito y fracaso es relativo, todo depende del prisma desde donde se mire. Os cuento.
El objetivo que me había marcado antes de terminar 2017 era poder lograr correr una San Silvestre Vallecana, pero no sólo era ese el objetivo (para mí ya suponía renunciar a mis ya tradicionales “cañas” de la tarde del día 31), sino que era correr la San Silvestre Vallecana Internacional, un objetivo muy ambicioso, pero que quería intentar.
Siendo totalmente franco, el intentar correr la San Silvestre Internacional, acreditando un 10K por debajo de 39 minutos, ya era algo bastante complicado, teniendo en cuenta que no había hecho ningún 10K por debajo de 4:00 min/km en mi vida.
Cuando uno se marca objetivos, se tiene que marcar un plan de acción. En este caso, el plan de acción pasaba por tratar de acreditar marca, primero en Alcobendas, y luego en Aranjuez. Resultado: en ninguna por debajo del ritmo objetivo (3:53 min/km). La verdad que Diciembre había sido un mes de viajes, trabajo y enfermedades varias, por lo que era totalmente lógico el resultado obtenido dado lo que había podido entrenar.
Así pues, la realidad muchas veces nos pone en nuestro sitio, y a mí me recordó que aún era pronto para correr la SSV Internacional. Por tanto, tocaba centrarse en la estrategia para la Popular.
Eso sí, si en Alcobendas hice 43 minutos con un flato del demonio desde el km 5, en Aranjuez pude marcar 41 minutos, con algo de mejores sensaciones. Iba por buen camino. En fin, continuamos para bingo…
Ya que no me quedaba a tomar cañas por la tarde, estaba decidido a intentar correr una carrera, digamos, interesante. Por este motivo decidí ir con tiempo. Quizás demasiado…
El caso es que llegué al Santiago Bernabéu con 50 minutos de antelación. Así pues, iba a poder calentar como Dios manda. Casi 4 km de calentamiento, más que suficiente para como pintaba el día, un día gris por cierto, aunque por el momento respetaba la lluvia.
Decido meterme dentro de mi cajón (sub 42´) con suficiente tiempo de poder coger un buen sitio para la salida, ya que, si quería intentar hacer una buena carrera, tenía que evitar las aglomeraciones.
Tengo que decir que si bien una carrera tan masificada me parecía complicada de disfrutar, la organización y el ambiente me parecieron de 10 🙂
Pistoletazo de salida, y al lío.
Primer kilómetro, subida por Concha Espina, y enfilando Serrano. Como en todas las carreras, el primer kilómetro sale rápido, 3:47 min/km. Mi objetivo era ir por debajo de 4:00 min/km toda la carrera, pero siempre teniendo en mente la temible subida de la Albufera, donde seguro me iría por encima de los 4:00 min/km.
Kilómetro dos, 3:46 min/km. Me encontraba bien, iba bien de sensaciones y tenía que aprovechar que iba en bajada…
Mantengo un ritmo de 3:50 min /km, hasta que llego a la Puerta de Alcalá. Aquí tuve el momento más emotivo, sin duda, de toda la carrera.
Daba igual que estuviera lloviendo como si no hubiera mañana. Desde la lejanía, y colocándome estratégicamente en la acera del lado derecho, pude ver a las dos personas que nunca fallan, mis padres, bajo el mismo paraguas, aplaudiendo y gritando como locos en cuanto pudieron verme aproximar.
Esa esquina, justo al lado de Ramsés, iba a ser testigo de un choque de mano con mi madre y una mirada y sonrisa (casi lágrima), con mi padre. Si amigos, no preguntéis por qué, pero me emocioné.
Así pues, tras esa fugaz bocanada de motivación, puse rumbo a Cibeles, y de ahí, a Atocha.
Los siguientes kilómetros, concretamente hasta el kilómetro 8, fui a un ritmo medio de 3:55 min/km. En ese momento ya tenía claro que estaba haciendo la mejor carrera de mi vida, y ahora tenía que evitar cagarla…
Es más, por un momento pensé que podía llegar a bajar de 39 minutos. Pero no sería hoy.
Llegada a la Avenida de la Albufera, kilómetro 9, y, como preveía, el tío del mazo vino a poner las cosas en su sitio. Apenas llevaba 300 metros, cuando empecé a notar que me quedaba sin fuerzas. Me dije que era lógico, había estado yendo a un ritmo bastante alto para mí, pero el saber que estaba apenas a unos metros de la meta me obligaba a seguir, al menos, a intentarlo.
Intenté mantener el ritmo como pude, aunque al final no pude evitar hacer este penúltimo kilómetro a un ritmo de 4:31 min/km.
Así pues, finalmente estábamos de lleno en el último kilómetro. Intentaría mantener el ritmo, incluso acercarme lo máximo posible a los 4:00 min/km, pero finalmente conseguí correr el último kilómetro en 4:10 min/km.
Tiempo total de mi primera San Silvestre: 40 minutos 45 segundos. Distancia total:10.250 metros. Una lástima esos 250 metros de más, ya que si hubieran sido 10km redondos, hubiera bajado de 40 minutos, sin duda, mi mejor registro logrado nunca.
No está mal para la última carrera del año. Ahora, con la mente en lo que será el mayor desafío al que me he enfrentado nunca… Campeonato de Media Distancia en Guadalajara… sí señores, mi primer Medio Ironman en apenas 5 meses… ¡el contador se ha puesto en marcha! 🙂
Amiguete Lester
40m. 45s., sin duda una marca mediocre, ¡vete por ahí! Menudo «pinchazo», 4:31 por la Albufera, qué bestia.
Pues nada, solo desearte mucha suerte con la preparación para el medio Ironman, palabras mayores, qué duda cabe.
Ya hablaremos y me contarás cómo va esa preparación.
Un abrazo.