Deporte y Salud
Duatlón Villa de Madrid. Nueva distancia, mejores sensaciones.
Llevaba un tiempo dándole vueltas a la cabeza, pensando que, por mucho que entrenara, no iba a ser capaz de hacer “buenos” tiempos en una carrera. Ha tenido que ser en el Duatlón Villa de Madrid, siendo además prueba del Campeonato de España de Duatlón y debutando en una distancia hasta ahora impensable para nosotros (Jorge y yo somos uña y carne en esto del triatlón), el lugar donde hemos podido comprobar como seguimos bajando los tiempos, además de disfrutar de unos resultados más que aceptables gracias a las maratonianas semanas de entrenamiento que nos metemos entre pecho y espalda.
Por cierto, el duatlón fue de la modalidad Corta Distancia, aunque los 10 km de carrera a pie, los 40 km de bici, y los últimos 5 km de carrera a pie no parecen ser distancias tan cortas…
Pero bueno, vamos a la crónica en sí de lo que fue una de las carreras más divertidas que hemos hecho hasta la fecha.
El despertador sonó a las 7 am, y lo primero que hice fue levantar la persiana, ver que aún era de noche, y comprobar que, pese a lo que los señores del tiempo vaticinaban , no había signos a la vista de lluvia.(Después del último duatlón de Rivas, vendaval incluido, me negaba a volver a correr en esas condiciones…).
Buen desayuno, y a las 7.30 salimos para la Casa de Campo. Liturgia típica de estos eventos, preparación de material y…. drama, ¡me doy cuenta que se me han olvidado las zapatillas de la bici! Casi me echo a llorar. Se me pasó por la cabeza no competir, menos mal que Jorge me convenció para que lo intentara, pese a tener que realizar 40 km en bici con las zapatillas de correr.
Así pues, nos pusimos en la línea de salida, preparados para correr los primeros 10 km de carrera a pie. Eran 4 vueltas a un circuito, primera parte de subida, y segunda parte de bajada.
10 km había corrido ya unas cuantas veces, pero era la primera vez que los tenía que correr esperándome después la bicicleta, por lo que mi temor era hacerlos demasiado rápido y “romperme” más adelante…
Sin embargo, las sensaciones fueron muy buenas, y terminé la carrera a un ritmo medio de 4:35 min/km, récord personal y con la sensación de que incluso podría haber apretado más.
Transición rápida (es lo que tiene no tener que cambiarse de zapatillas), digo adiós a Jorge, y salgo como una bala con la bici.
Lo primero que hice fue intentar coger una buena postura en el pedal, ya que al ir con zapatillas, me resultaba complicado fijar un punto óptimo de posición. Me tomo el gel en los primeros compases de la carrera, y en marcha.
Las sensaciones no eran malas, sin embargo, comenzamos con una pequeña subida, y empiezo a notarme flojo. Jorge, a quien había dejado en la transición, me da alcance y me pasa como una flecha.
Intento controlar mi cabeza, en el que mi “yo diablo” empezaba a decirme que no iba a aguantar, que aún quedaba y que no llegaría al final… Pero para nada, apreté las piernas, adelanté a unos pocos competidores, lo justo para darme moral, y puse velocidad de crucero en torno a los 29-30 Km/h de media.
El circuito de bicicleta había cambiado este año, estando fijado gran parte del circuito por la circunvalación de la Casa de Campo, algo que resultó bastante divertido, ya que el circuito contaba con numerosas rampas de subidas y bajadas.
Aunque la lluvia nos había dado tregua, el viento era bastante fuerte, por lo que a mitad de la primera vuelta me enganché a un pequeño pelotón de otros 5 ciclistas, dándonos relevos, y consiguiendo mantener un buen ritmo de carrera. Al cabo de unos minutos conseguí dar caza de nuevo a Jorge, al que le invité a unirse al pelotón. No nos volveríamos a separar hasta prácticamente la meta (entraría 30 segundos antes que yo).
Así pues, transcurrieron las dos vueltas al circuito de bicicleta, hasta completar los 40 km, para volver a la zona de transición e iniciar los últimos 5 km de carrera a pie.
En este tramo sí que lo pasé realmente mal. La transición fue rápida, obviamente, y no se me hizo demasiado duro el acostumbrar de nuevo las piernas a la carrera. El problema vino en el kilómetro dos y medio, ya que me entró un terrible ataque de retortijones, llegando a pensar que tenía que abandonar la carrera.
Después de todo lo que llevaba, me negué rotundamente, así que bajé el ritmo, pasando de un ritmo de 4:40 min/km a 5:05 min/km, para finalmente entrar en meta en poco más de 2:30 horas.
Por tanto, y a modo de conclusión, puedo decir que los entrenamientos van dando resultados. Es cierto que aún no me acerco ni de lejos a los ritmos que me gustaría tener, pero sí que es cierto que he bajado mucho las marcas respecto a 5 meses atrás, justo cuando empecé a entrenar en serio este deporte. La motivación sigue estando a máximo nivel, y, más importante aún, confianza para las pruebas que vienen, como el Triatlón Olímpico Manzanares el Real, otra prueba en la que debutamos con la distancia, pero que, después de este Duatlón Villa de Madrid, iremos con la máxima confianza. 🙂
Agradecimiento especial a los padres, que siempre están ahí animando, llueva, nieve o haga un sol de justicia.
Jorge
Me encantan tus crónicas post competición. Siento las mariposas en el estómago de los nervios al recordar y vivenciar todo aquello con esta lectura… Juntos seguiremos luchando por nuevos retos!. Enhorabuena por la carreraza que te marcaste.
Daniel Claros
¡Fue un gran debut en esta distancia sin duda! Ahora toca seguir entrenando para el próximo objetivo…¡Queremos podio! 🙂